MICROCUENTOS
NAVIDAD
I
(2024)
Día 1: Luces del alma
La señora Gilma adora la navidad, y su casa es una sucursal del polo norte en
media de la cálida y soleada ciudad caribe. Tanto brilla su fervor navideño que
incluso sin electricidad su casa ilumina las aceras y vemos que aquel luz viene
del corazón de doña Gilma, que late al unísono de las luces vibrantes.
Día 2: Olor a navidad
La dirección y velocidad de la brisa cambia, el
sol cambia de brillo a uno más distante pero con una sensación diferente a la
usual. El aire huele a mar, el mar huele a sol y el sol brilla en miles de
estrellas multicolores, está llegando la navidad cuando el sol se hace de colores.
Día 3: Resonancia sonora
La luz brilla en silencio, resplandece y
desaparece sin dejar rastro en las sombras. Los tiempos de cantos y melodías
mágicas han terminado y no supe cuándo fue la última vez que los escuché… ¿10,
15, 20 años? No sabría decirlo.
Hasta que finalmente, aquella melodía sencilla
y llena de nostalgia resuena en mis oídos y memoria, y vuelvo a tener 13
mientras miro con anhelo ese gran árbol de la casa de mis padres… todo se
vislumbra mientras aquella cajita sigue luchando con melodía.
Día 4: Lejos de casa
En la ciudad llueve muy seguido últimamente,
aunque es la época no es lo mismo. La modernidad se apoderó de sus ideas y
buscó nuevos rumbos, ha logrado todo lo que ha querido, pero no puede sacar de
su cabeza una melodía vaga que escuchó cuando pasó por una localidad vecina…
una canción, un ritmo, luces fugaces; todo es sobre una navidad que anhela
volver a vivir, en casa sin llorar de soledad.
Día 5: Melodías inmortales
“turururu… turururu… las luces prenden y apagan
mientras Octavia solo puede mirar sin poder quitar sus ojos de esas pequeñas
luces titilantes, cada recorrido luminoso es un clip a su infancia, a su casa
familiar, al olor a dulce y panela, al correr a la lleva con sus hermanos y
primos, el son de las gaitas y flautas… dos lágrimas tornasol viajan por sus
mejillas.
Día 6: Madera y celofán
Los inicios de diciembre eran muy concurridos
en casa, mi papá fabrica faroles, y acompañarlo a conseguir todo es la aventura
más divertida…damos un paseo por toda la ciudad mientras huimos del sol del
mediodía… la casa siempre huele a madera, y el sonido más tradicional es el
celofán mientras cae, se corta y ajusta a los tradicionales faroles.
Día 7: Noches a la luz de las velas
El día se siente agitado, pero no de la mala
manera; hay mucho qué hacer en casa, los vecinos pintan sus fachadas, decoran
con guirnaldas y luces sus puertas y ventanas. Don Tito alista su casa con
comida, bebida y mucha alegría, comenzaron las celebraciones; hoy es la noche
de las velitas, hoy pasamos de largo al otro día y saludamos a la virgen en medio de las luces.
Día 8: Bienvenida María
La madrugada es fría y con viento, apenas
despierto con el llamado de mamá, salgo bostezando mientras tomo las velas y
voy a la puerta, es un cielo de madrugada hermoso, despejado; papá limpia la
terraza le ayudo con las velas y nuestra casa ilumina la acera, se van sumando
más vecinos y damos gracias en medio de música y alegría, bienvenida Santa
María.
Día 9: Vísperas
Hoy es mi turno con mamá, salimos y fuimos
donde doña Tere, ella nos midió con el metro y sacó unas cuentas, luego fuimos
de compras un rato. Ahora a esperar que el vestido y las camisas estén listos
mientras me enseñan a usar un molino manual para ayudar con los buñuelos,
vendrá la tía Ceci de visita y mamá quiere recibirla con lo más casero y
tradicional; viene de un extraño lugar donde no comen estos manjares.
Día 10: Larga distancia
De mi infancia recuerdo que siempre íbamos a
las cabinas de Telecom, allí mamá hablaba y hablaba, se despedía y prometía
llamar antes de la víspera, porque si no se colapsaba todo. Las llamadas de
larga distancia eran más complejas y difíciles pero eso no era un obstáculo y
aunque algo triste porque no estábamos todos juntos al menos sabíamos que
estaban bien…
Día 11: Viajeros
Una de las navidades y vísperas más recordadas
es cuando viajábamos en pleno diciembre; el calor, la gente, toda la terminal
llena, yo era el vigía de las maletas mientras mis papás verifican la llegada
del bus que nos llevaría a donde mis tíos. Era la odisea más curiosa pero
también más mágica en cierto modo, conocía amigos de todo el mundo.
Día 12: Retornos y despedidas
Una navidad agridulce paso cuando en mis 12
años, vi despedirse a mis padres de mi hermana; se iría a otro país para
estudiar, dijo que volvería pero la sensación de vacío era inmensa…no fue lo
mismo sin ella. Pasaron muchas navidades antes que su voz resonara en la
entrada principal acompañada de un ligero golpeteo de maletas…
Día 13: Canela y queso
Los días de diciembre son memorables, se
aprenden cosas nuevas o se aprenden tradiciones; mi abuela Lety es muy famosa
en la casa familiar por su comida; buñuelos y natilla al estilo deli como le
llama, este año es mi turno para iniciar mi carrera culinaria decembrina junto
a ella. Así que con esmero me dejo llevar del olor a canela mientras aprendo.
Día 14: Tiempos de Adviento
La temporada de navidad, también se relaciona con
las creencias espirituales, en mi casa hay una corona, y créanme conseguir las
velas más hermosas para que mi madre las ponga en aquella corona es la misión
más increíble que me han dado. Es un lujo caminar por la ciudad en aras de una
curiosa búsqueda.
Día 15: Las estrellas de diciembre
Hoy fue un día para recordar, intento ser feliz
pero a veces no lo logro; es que no es fácil cuando tus padres ahora son
estrellas en el cielo. A ellos, dedico cada meta que cumplo, a ellos entrego
cada novena que hago en diciembre y siempre veo a las estrellas como el más
grato recuerdo… la canción favorita de papá ahora es mía mientras solo recuerdo
la última vez que los abracé…
Día 16: La novena
Mitad de diciembre, es el día que por fin podré
cantar sin parar aquellas canciones que aprendí de mi madre… ella me prepara
mientras papá alista su guitarra. La cuadra sonríe mientras cae la tarde, luces
encendidas y risas en la cuadra, vamos a comenzar la novena de navidad, el olor
a chocolate y buñuelo ronda por mis narices en cualquier parte que voy.
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